martes, 27 de marzo de 2007

Making off in Alcover

Primero de todo, disculpas de un servidor por no mantener más actualizado el blog... Cuando se va de culo y además se es vago las probabilidades para mantener esto a flote son relativamente pocas, pero aún así me esfuerzo (y me dicen que me esfuerce) y voy posteando. ¿La última aventura? Sin duda, el fin de semana rodando en la Casa Xipell (gracias, Rafa), en Alcover, Tarragona, del que se puede resumir:


- Un viaje de 11 personas con: material tecnológico cinematográfico, ropa, comida, atrezzo, más comida y aun más ropa, todo bien metido en 3 coches puede ser divertido, sí, pero también sorprendente cuando se junta todo y se ve la cantidad de material que hay para un fin de semana.

- No se pudo (casi) dormir, ya por el cachondeo general, por las amenazas de un bebé-juguete-bomba, por el miedo a que apareciera MB en mitad de la noche...

- Frases que pasaran a la posteridad: "Cagusto que sa dormio aki", "¿Hoy no cenas?", "Vigilad el tener la boca abierta por las noches...", "Qué ruido hace el globo ese!" , "Tas to tisico" o "Si la frotas, te concede 3 deseos...".

- Aguantarse la risa en medio de alguna toma es de lo más difícil, y si la toma consiste en una violación cutre, lenta y con un violador con pintas de monje franciscano, es de extrañar que quedase alguien grabando.

- Jugar al póker apostando sugus mientras se bebe sangría hubiera sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida si no hubiera sido por mi falta de suerte y la monopolización de Lady "Tengomuchosugusymehagouncamión".

- Abrir las puertas del coche en medio de la autopista o salir en un peaje para ir a coger magdalenas ya no es freak, es de lo más surrealista.

Pero bueno, al menos se trabajó todo lo que se debía y nos lo pasamos teta, aunque terminamos de lo más cansados. Ahora, sufrir para editar las 2 horas de grabación y convertirlas a 10 minutos. Puede parecer arriesgado, pero nuestro grupo es el mejor, el programa quedara de puta madre, las cadenas se enfrenteran para obtener los derechos y vamos a sacar una matrícula como la copa de un pino, ahí lo dejo.





PD: Vale sí, me flipo muchísimo (más que Marta con su sangría) pero Altadill nos quiere, recordémoslo!!!!


El grupo cinematográfico posando ante la cámara (y faltando Tina y Olga)



jueves, 15 de marzo de 2007

Biel says hello


Lo mejor de todo, cuando te mira y, sin terminarlo de pronunciar bien, te llama "padí". No se parecerá en nada a su padrino, pero al menos ya, con dos años, le reconoce.

PD: No sé porqué, pero que mal me suena "padrino" en castellano... ¿Reminiscencias mafiosas?

martes, 13 de marzo de 2007

Cada clase, una aventura

Cada día tengo más claro que los profesores de nuestro curso parecen tocados por un halo de frikismo o una especie de vaguez crónica que provoca que ir a clase ya sea hasta divertido y/o anecdótico. Repasemos dos precedentes muy claros: el primero, remontándonos a la mítica Mavi, con ese día de la clase en la hierba, dónde curiosamente todo el mundo aprendió más que durante el semestre entero y dónde descubrimos que la Bella Durmiente fue en realidad violada salvajemente por un noble con tendencias necrófilas. El segundo, ya más fresco en la memoria, acerca de nuestro querido Joan Grimalt, profesor que será recordado para siempre gracias a su inestimable pérdida de memoria examinística, hecho que provocó que los alumnos de su asignatura estuvieramos esperando hora y media para hacer un examen y luego descubrieramos que se le había olvidado. Pero los profesores se van superando, y hasta los que parecen más serios, se lo curran y nos dejan clases inolvidables, véase Paco Marhuenda o su clase del viernes 09/03/07, dónde:

1. volvimos a dar clase fuera de la clase
2. aprendimos más cosas de su vida privada que cualquiera de sus compañeros de trabajo
3. un servidor se cambió de nombre para siempre ya (gracias a la insistencia de Paco), y ahora se llama Oscar
4. como es lógico, no dimos clase
5. descubrimos que la mejor manera de dar esa clase es siendo 11 personas de unas 85 matriculadas

... y para que después digan que las clases de derecho o libertad de expresión no son entretenidas!!


Y ahí los 11, rodeando a Paco...

miércoles, 7 de marzo de 2007

Réquiem por un suicidio universitario

Porque este semestre se presenta con la mayor cantidad de trabajos nunca vista.

Porque uno sabe que es vago y si no se pone ahora no se pondrá a trabajar hasta dentro de 2 meses, con el estrés "correrápidotenemosqueacabarestoparapoderempezarconlootroyestudiar" que eso conlleva.

Porque, además de trabajos, los profesores son crueles y también meten exámenes (y alguno asusta).

Porque la nueva asignatura de AR, aun pareciendo más interesante que la del primer semestre, es de una dificultad horrible, me devuelve al pasado de las matemáticas olvidadas (esas fórmulas) y hace que mi cabeza esté a punto de estallar.

Porque la profesora de Anàlisi de la TV no tiene demasiada idea de cómo dar una clase (aunque lo intente) y estemos tres horas seguidas sin hacer casi nada (y sí, habrá examen).

Porque el de Diseño (véase AldeNiro) no tiene ni horchata en las venas, y uno que se esperaba algo interesante se encuentra más de lo mismo.

Y porque, en definitiva, nos esperan tres meses de sufrimiento.

PD: No quiero ni pensar en los señores de medicina, ingenierías, telecos y derivados. Que tengan mucha suerte.

sábado, 3 de marzo de 2007

Berlín, Berlín, Berlín.

Ante todo, pido disculpas por haber dejado sin actualizar el blog durante tantos días, pero uno a veces es demasiado vago (y olvidadizo) y a medida que han ido pasando los días se ha ido concibiendo una nueva actualización, principalmente basada en el viaje a Berlín. Y es que la verdad, ya iba siendo hora de postear algo más interesante que trailers de pelis, canciones que no molan a nadie menos a mi o horteradas como comparaciones ridículas entre más pelis que no tienen nada en común. Pero vamos a hablar de Berlín.


Todo empezó… de manera un poco resacosa. Irse de viaje a Berlín habiendo dormido tan solo 3 horas y media no es lo más recomendable. Irse de viaje a Berlín habiendo dormido sólo esas 3 horas y media porque la noche antes te has ido de Carnaval a Sitges tampoco lo es. Pero uno es joven, es vigoroso y sobretodo es muy “convencible”, así que ya me veis en el aeropuerto del Prat a las 7 y media de la mañana, con cara de resaca, y con las energías no muy cargadas. Poco a poco van llegando todos: algunos se han dormido, otros han tenido problemas con la RENFE (qué cosas más raras…) pero en el momento de coger el avión todos estamos listos. Hasta los dos (denominados cruelmente) “novatos avionísticos”, véase servidor y la Mariona, superan la prueba, se tragan los nervios y pasan dos horas rapidillas en el avión. Al llegar al aeropuerto de
Berlín, nos encontramos con la primera sorpresa, y es que se ha enviado de camuflaje en un avión una comisión especial de bienvenida.


Comité de bienvenida audiovisualística en Berlín


Salimos del avión, nos liamos un poco con las estaciones de metro y de bus (aunque Francina demuestra un impecable savoir faire en cuanto alemán se refiere y el lío ya no es tan lío) y llegamos al hostal, o albergue, o hotel para jóvenes. El caso es que está mejor de lo que nos pensábamos. Después de repartir habitaciones y recargar energías con un bocadillo de una pieza de algo parecido a carne (espero que lo fuera…) y con otros manjares, empezamos el “viaje” turístico en sí, poniendo rumbo a la puerta de Brandemburgo. Para ello cogemos el metro (que, con el paso de los días, me fue maravillando cada vez más) y bajamos, si mal no recuerdo, a la Potsdamer Platz, una de las plazas más modernas de Berlín, dónde podemos encontrar algún trozo de muro suelto, el Museo del Film y otras cosillas interesantes.

Rastro del muro de Berlín que atraviesa la ciudad


Andando y andando atravesamos lo que parece ser un laberinto de cemento dedicado a los judíos (o eso o tengo una imaginación tremenda) y por fin llegamos a la puerta de Brandenburgo, gigante como ella sola, y al Parlamento, un edificio que también tela. La primera impresión: el Arco de Triumfo se queda pequeño ante esto (conclusión: Uri, viaja más).

La puerta de Brandemburgo, en directo acojona más


Con el paso de los días vamos visitando nuevos monumentos (la Catedral de Berlín, la Torre de Televisión, la Universidad…) y algunos museos, entre los que se pueden incluir el de Arte Contemporáneo (osease, Andy Warhol por doquier), el del Film (osease, Marlene Dietrich por doquier) o el de Pérgamo (osease, Historia del Arte por doquier), todos ellos la mar de divertidos (y como el que más, el Museo de los Judíos, un sitio dónde entramos sin demasiadas ganas y en el que lo más destacable que hicimos fue sentarnos nueve personas en un cubículo de 2 metros cuadrados a mirar dibujos de Walt Disney). Eso sí, recomiendo fervientemente a todo aquél que vaya a Berlín que visite el Altar de Pérgamo, una maravilla escultórica que, si en fotografía ya es de por sí espectacular, en directo es algo increíble.



Altar de Pérgamo, o cómo ver que esos tíos eran
unos cracks



Uno de los descubrimientos de myself en cuanto a vicio se refiere (no mal penséis) se debe principalmente a la afición de Aloma y algunos más a un sencillo juego de cartas que nos ha ido acompañando a Berlín cuál bin a avid (código descifrable sólo para algunos de los lectores). El juego en sí, el “Asesino”, era bastante simple, pero el mero hecho de que 10 personas o más (hasta 25!!) se acusen todos contra todos para que solo quede un ganador (versión resumida) da muuuuuuuucho de sí. Así pues, entre museo y monumento, en vez de tomar una cerveza como buenos turistas, nos dedicábamos a desmontar cruelmente todo bar o restaurante que se interpusiera en nuestro camino con tal de poder jugar a una nueva partida del citado juego. Con ello pasábamos los días y las noches, andando por el día y de juerga por la noche. Y aunque el tiempo no acompañase (ese frío horripilante, esa sensación de que podía llover en cualquier momento, esa pesada lluvia-nieve que cuando quería nos jodía el día…) la verdad es que, con cada día que pasaba, a uno le gustaba más Berlín. Pero, oh, misterios de la vida, resulta que para un servidor lo mejor que visitó durante el viaje (dejando a un lado Pérgamo) fue un pequeño pueblecito de las afueras de Berlín, Potsdam, que no parecía haber sufrido demasiado las consecuencias de la 2ª Guerra Mundial. Con sus jardines, su barrio holandés, su tranquilidad, su propia puerta de Brandemburgo (en miniatura)…




El pequeño barrio holandés de Potsdam


Pero el tiempo pasa, y llegó el fatídico día de la vuelta. Eso sí, las compañías aéreas tenían que demostrar que también tienen sus fallos, y un retraso de aproximadamente media hora dejó paso a más partidas del “Asesino”. La hora de coger el vuelo llegó, y aproximadamente a las 4 y media de la tarde ya estábamos otra vez en Barnacity, dónde pudimos comprobar que, realmente, este año no ha habido invierno (cosa que no se puede decir de Berlín). Aunque el viaje se pueda resumir en visitas turísticas, frío glacial, pocas horas de sueño y muchas de “Asesino”, la verdad es que han sido cinco (o seis, depende cómo se mire) días que han servido para desconectar un poco. Ahora, en el horizonte, trabajos de diseño, de radio, de televisión, de derecho… que hacen que el más allá esté más aquí. ¿Nervios? Para nada. ¿Vamos a morir? Pues ya veremos…



Todos tan tranquilos, sin saber lo que les espera de
vuelta a la uni...